Regalos con pasión y emoción
Esta mañana era imposible levantarme, mi cansancio y mi sueño querían más de mí y ante ese hecho y escribir mi post semanal, elegí quedarme un rato más en mi lecho. Sabía que me perdonarías unas horas, pero necesitaba darme un regalo para mi cuerpo y mente ya que hoy no estaban aún preparados para trabajar y como es Domingo y llevo muchas semanas con intenso trabajo me he permitido regalarme unas horas más, sin sentirme culpable, a veces los buenos hábitos pueden modificarse por un día y no pasa nada si se es consciente de ello, ya que el cuerpo y la mente deben estar en sintonía para resurgir hacia delante juntos.
Solo necesite una aprobación, la mía y como lo merecía no lo pensé más (además el resto aún dormía).
Antes de pequeños al hacer alguna proeza o pillería mirábamos a nuestros padres para llamar su atención, después lo hacíamos y finalmente buscábamos su aprobación.
Si éstos no hacían demasiado caso, nos sentíamos mal pero si por el contrario, te animaban y celebraban la hazaña, nos sentíamos geniales pues se reconocía y reforzaba nuestro aprendizaje. Era algo propio e interiorizábamos ese momento, hasta el punto en el que el mismo hecho o suceso se convertía en una pauta de comportamiento, repitiéndola e intentándolo otra vez de la misma manera para obtener el mismo o parecido resultado. A fin de cuentas, la gracia te la habían premiado, te sentías reconocido, aceptado y amado.
Con las notas sucedía algo parecido, mis padres, nos premiaban si sacábamos buenas calificaciones: una barriguitas, un helado, un paseo especial, un aumento de paga semanal.
Son numerosas muestras que tienen en común, el “Premio” o “Regalo” como resultado del esfuerzo y el comportamiento positivo.
Está demostrado que siempre que el premio sea un reconocimiento del esfuerzo y en la medida en que forme parte de una estrategia de acción constante para fortalecer la confianza y mejorar una actitud a toda acción superadora, debe ser alentada.
Ahora de mayores estas motivaciones externas no existen y la motivación y la fuerza de voluntad las tenemos que encontrar buscando otros premios nos tan materiales y si más emocionales.
Menos regalos materiales, más regalos emocionales
El escaso tiempo, el estrés diario y la falta de energía al llegar a casa, hace que te sientas demasiado agotado o muy estresado como para poder mostrar tu mejor versión o destinar un tiempo a los hobbies o aficiones personales.
Sabes que te compensa la sensación de vacío adquiriendo cosas materiales pero también sabes que aumenta esa sensación de vacío con lo cual se convierte en un círculo vicioso porque nada material nos podrá llenar si no estás contento contigo mismo, no serás feliz mientras no te aceptes tal como eres.
Si eres consciente de la importancia de una actitud personal adecuada y mantener una conversación positiva contigo mismo, puede ser un potente estímulo que te ayudará a recordarte cuánto vales. Por este motivo, es importante aprender a premiarte en los casos en los que tu diálogo interno sea positivo y de éste se derive un efecto real y beneficioso en tu vida como yo me premie esta mañana al quedarme más rato en la cama sin sentirme culpable.
Recuerda que, eres tú la persona más adecuada que puede otorgarse este tipo de regalos emocionales que, pues te lo mereces y no necesitas la aprobación de nadie pues es una recompensa tras haber dedicado tiempo o esfuerzo a tus metas o sueños personales.
Encuentra tus motivaciones (recompensa), y ten claro tus objetivos. Disfrutarás trabajando en tu propio beneficio y te sentirás más implicado en las áreas en donde éstos se materialicen (personal, profesional, familiar, sentimental). Como dicen por ahí: “Lo consigues porque te lo propones: más y mejor planificación implica más y mejor motivación.”
Por esta razón, si trabajas en tu propio beneficio mejorando tu inteligencia emocional y autoestima, de manera que te sientas competente, inteligente y reconocido, podrás alcanzar con éxito todo aquello que te propongas.
A fin de cuentas, no hay mayor recompensa que el poder sentirte orgulloso de quién eres y de lo que has logrado con tu propio esfuerzo.
Ahora mismo
Detente
Respira
Toma conciencia
Recapacita por un momento y apaga tu mente
¡Date un premio!
Eso que más te colme el corazón
Eso que te aportará emociones positivas
Eres tú la única persona que sabe exactamente lo que se merece
Tu coach.
Susi Nieto.